Presentación
El Diablo, el Demonio, Satán, el Maligno, el Principe de las Sombras… todas estos nombres nos permiten imaginar a un ser de apariencia humana, coronado con un par de cuernos, de mirada lasciva y penetrante, de barba negra, con cola puntiaguda y patas de cabra.
Aunque los nombres del diablo son comunes en nuestro tiempo, tienen en su esencia algo que es inherente a la naturaleza humana desde sus orígenes: la maldad. Por esta razón, el mundo judeocristiano construyó con el paso de los siglos un ser que fuera el punto de encuentro de múltiples ideas en torno a la personificación del mal, de los pecados, de todo aquellos que va en contra de la supuesta esencia bondadosa de la humanidad. Pero incluso también personifica el mal producido por la naturaleza como las epidemias, inundaciones, sequías y otros desastres que también afectan la condición humana.
El diablo ha sido pensado y representado como un elemento dual de la infinita bondad de Dios. Mientras Dios es luz que purifica, Satán es oscuridad que daña; mientras que Dios habita en lo alto de los cielos, el Principe de las Tinieblas mora en lo más recóndito de la profundidad terrestre; mientras el Altísimo es belleza, el Maligno es fealdad.
Para acercarse a estas ideas y a algunas representaciones asociadas a ellas la Biblioteca Histórica José María Lafragua ha organizado esta exposición, en la que se exponen imágenes provenientes de varios libros de su acervo que han sido seleccionados y organizados en 4 módulos temáticos:
- En el principio… también fue el mal. El origen del diablo
- Lo más profundo del abismo. El infierno y sus lugares
- Hacer visible al caído. Formas y representaciones del diablo
- Un ser muy nombrado. Los nombres del diablo
Esta división es con el objetivo de presentar los temas más vinculados con el diablo y que tuvieron en el libro impreso y el grabado, canales para su difusión. Las reflexiones y el conocimiento en torno al diablo y a la maldad son fundamentales en las funciones de la Iglesia Catolica: hay que conocer al enemigo para saber enfrentarlo. Esto, lo tenemos claro por la variedad de títulos y temas contenidos en los libros expuestos, los fondos de origen a los que pertenecen y en la constante aparición de imágenes que promueven la reflexión de las penas que sufriría el alma en el caso de llegar al infierno después de la muerte.
Hoy, el mal sigue teniendo muchas máscaras y múltiples formas. Sin embargo, el diablo sigue presente en nuestra imaginación en su forma tradicional desatando nuestro gusto por estos oscuros temas y por las implicaciones que tienen para nuestra vida.
