En el arte gráfico librario de la Nueva España es difícil establecer cuando se está ante la presencia de un “grabador” o de un “impresor de estampas”. Tradicionalmente se entiende al primero como el artesano que talla una imagen y que, a veces, es también responsable de hacer el dibujo. Por otro lado el “impresor de estampas” es quien se encarga de una cadena de producción más amplia: puede ser el dibujante y grabador o, en caso de no contar con las destrezas necesarias ser quien se encarga de la compra del diseño y la contratación del grabador que lo pasará a la plancha. Además será el encargo de la supervisión de la estampa y de la venta de las copias. Precisamente sobre este punto, la historiadora del arte Kelly Donahue-Wallace advierte que existe un gran desconocimiento sobre las relaciones entre impresores de estampas e impresores tipográficos ya que, a pesar de que vemos nombres de grabadores en las imágenes de los libros, a la fecha no se cuenta con suficiente información para determinar los tipos y formas de relación laboral y comercial que hubo entre grabadores y tipógrafos coloniales.
Las diversas acciones o pasos del proceso para realizar un grabado pueden quedar registradas en las mismas estampas, especialmente cuando se trata de una imagen calcográfica, de allí que sea común encontrar señas de identidad de uno o más de los participantes en el proceso creativo. Cuando el grabado que se observa es de quien crea el dibujo o la composición, es usual que el nombre del autor aparezca precedido por el vocablo invenit o inv.; cuando lo que se reproduce es la imagen de un pintor, se utiliza pinxit o su abreviatura pinx.; el nombre del grabador se indica con la mención sculpsit o sculp. Cuando se quiere señalar quien realizó la obra y todo el proceso íntegramente se emplea la expresión fecit o fec. Finalmente, cuando lo que hizo el artista fue exclusivamente el grabado en la placa, es común encontrar Sculpsit, Sculp. o Sc.