fray Servando Mier ante la Inquisición

Tras la invasión napoleónica en 1808, la Inquisición española colapsó hasta quedar prácticamente inactiva. Por el contrario, el Tribunal de México se mantuvo en el ejercicio de sus funciones, publicando edictos contra la insurgencia y tratando de demostrar que sus partidarios eran enemigos de la religión, como hizo con Hidalgo en 1810. La inquisición fue suprimida por las Cortes de Cádiz en 1813 y uno de los argumentos para ello, era su uso político.

Durante la restauración del absolutismo (1814-1820), la Inquisición española volvió en una situación de crisis, sin embargo, el Tribunal mexicano siguió realizando procesos; una de las últimas causas seguidas por dicho tribunal fue contra fray Servando Mier (José Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra, 1763-1827). Este eclesiástico había sido expulsado a España por el arzobispo de México (a causa de las opiniones sobre la virgen de Guadalupe) y vivió en Portugal y España durante la guerra. Fue acusado de pertenecer a logias masónicas y sostener opiniones liberales.

En la Biblioteca Lafragua, se albergan dos volúmenes documentales que corresponden a los traslados (copias) de las Causas inquisitoriales formadas contra fray Servando. La que se presenta a continuación se refiere a la formada en 1817 por apóstata de su religión, por proposiciones conspiracionistas y por traidor al rey y a la patria. Es el testimonio de un interesante proceso inquisitorial en el que también figuraron los libros prohibidos que el fraile dominico cargaba en tres cajones. Un proceso que duró tres años, hasta la abolición del Tribunal en 1820, por lo que el proceso fue anulado y el fraile dominico liberado como otros presos políticos.

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