4. Los calendarios religiosos de El Negrito de Alberto María Angulo
Sobre Alberto María Angulo existen muchas preguntas, ya que se desconocen noticias sobre su actividad como impresor y litógrafo en la ciudad de Puebla. No obstante, las mismas publicaciones nos pueden arrojar mucha luz sobre los personajes en el contexto editorial. Éste es el caso de Angulo, de quien sabemos que para el año de 1893 ya había publicado diez calendarios, por lo que se puede considerar tardía su producción. Posiblemente para su Calendario Religioso de El Negrito se basó en el título del conocido Calendario del Negrito Poeta de Simón Blanquel (publicado en la ciudad de México) (ver al final de este módulo).
En cuanto a sus almanaques, este personaje preparó cubiertas y portadas que ponen atención más bien en la tipografía. Ejemplo de ello es el Décimo calendario religioso de El Negrito para el año de 1893, en el cual, los caracteres de la palabra “El Negrito” aparecen ornamentados. A partir del impreso, es posible saber que su negocio estaba ubicado en la calle de Estanco de Mujeres, núm. 4, en la ciudad de Puebla, y que el costo del ejemplar era de tres centavos.
Resulta interesante que el calendario lleva el nombre de religioso, no obstante, para la publicación Angulo puso mayor atención en la parte mercantilista. Esto porque en los calendarios para 1891 y para 1893 y en un formato de hojas de colores, aparece continuamente anunciado su establecimiento. Con base en esta publicidad, es posible saber que su negocio se llamaba Librería Central y que fue fundado en 1879. Éste ofrecía a los poblanos todo tipo de trabajos de papelería, imprenta, litografía, encuadernación, fabricación de libros en blanco, sellos de goma, entre otros.
Con esto, es posible también imaginar que el rubro editorial cada vez se expandía más y que la competencia entre editores aumentaba en Puebla. Aunque también en su establecimiento se vendieron almanaques capitalinos como el de Murguía. Prueba de ello es el sello de tinta que muestra los datos del negocio de Angulo sobre la cubierta del Calendario de Murguía para el año de 1890.
No es gratuito que Angulo reitere en varias ocasiones el nombre con el que los poblanos seguramente conocieron su establecimiento: “La casa pintada de azul” y que con los lemas de “Prontitud, Esmero en el trabajo, precios ínfimos” y “¡Es la casa que vende más barato!, tratara de aumentar su clientela.
Además, el impresor poblano no sólo se limitó a promover sus trabajos. El Calendario Religioso de El Negrito fungió como un espacio para informar sobre otro tipo de objetos en venta como pianos, candiles y campanas para iglesias, quinqués, máquinas de coser, armas, etcétera. También sirvió para anunciar otros negocios como joyerías y relojerías o el Gran Almacén de Pianos de J. M. Romero, éste último ubicado en la Calle de la Aduana Vieja núm. 8, en Puebla. Sin duda, esto evidencia el fuerte vínculo que Angulo estableció con otros comerciantes en la ciudad de Puebla.
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Ejemplar del Calendario del Negrito Poeta de Blanquel en el que suponemos que Angulo haya inspirado su propio almanaque.