5. Juan N. Del Valle, autor de calendarios y guías para viajeros

Es posible que del Valle haya sido el primer editor en Puebla que sacó a la luz sus almanaques. De acuerdo con José de Mendizábal Tamborrel, publicó su calendario desde 1842 hasta 1853. Los pocos calendarios que se conocen de este autor presentan cubiertas y portadas elegantes con motivos de ornamentación.

Este diseño no sólo lo utilizó para mostrar los datos generales del impreso, sino para comunicar asuntos de interés. Ejemplo de ello fue la cubierta posterior de su Calendario para el año de 1844, en la cual, del Valle señaló cuántos eclipses se presentarían y en qué momento del año.

Tal parece que del Valle optó por la sencillez en el contenido de sus calendarios, por lo que se concentró más bien en proporcionar información útil y puntual a los poblanos, como fue anunciar los días de entrada y salida de correos en Puebla.

Poco tiempo después, Del Valle suspendió la edición de sus calendarios y se dedicó de lleno a la factura de Guías para forasteros. Esto también pudo haber sucedido como consecuencia de la competencia editorial que en ese momento en Puebla representaba, por ejemplo, el impresor José María Macías.

Como se ha mencionado recientemente, cabe la posibilidad de que este tipo de publicaciones tuviera una doble intencionalidad. Por un lado, se pretendía informar sobre la geografía, la historia, los edificios, los lugares de esparcimiento, entre otros, de un país o ciudad. De igual forma, estas guías también habrían fungido como “instrumentos” para brindar una “imagen positiva” del país, sus habitantes, su gobierno, sus tradiciones, etcétera. 

Seguramente del Valle preparó su guía con estos propósitos, pero quizás también se dirigió a los poblanos con la intención de que no ignoraran el “estudio” y la “utilidad práctica” de “la geografía, la historia y la estadística de México”. 

De cualquier manera, del Valle se concentró en presentar varios asuntos sobre la Angelópolis. Tal es el caso de una reseña sobre Puebla, el cómputo eclesiástico, el santoral, entre otros. Además, proporcionó una serie de datos prácticos y de interés sobre instituciones, negocios, profesionistas, publicaciones de importancia, etcétera. En dicha información, del Valle no dejó de lado, el documentar los establecimientos de imprentas y publicaciones, en la que también comunicó sobre su negocio y su guía de forasteros. 

La calidad y el esmero en su trabajo se constatan en la extensa descripción que realizó sobre la Catedral de Puebla, misma que aparece acompañada de una imagen de la vista exterior de este monumento religioso. Con su publicación, Del Valle debió alcanzar fama y éxito en el contexto editorial poblano, lo que seguramente le permitió que elaborara después El viajero en México, o sea la capital de la República encerrada en un libro. Obra útil a toda de clase personas y El viajero en México. Completa guía de forasteros. Obra útil a toda de clase personas, dos manuales para 1859 y 1864, pero que incluían información más bien de la ciudad de México.