Presentación

En 1851 Ignacio Cumplido, uno de los editores más afamados de México, mencionaba lo siguiente: “No hay libro que circule más generalmente en nuestra sociedad que el almanaque, lo necesario que es para el arreglo de todos los negocios y lo ínfimo de su precio, lo ponen al alcance de toda clase de personas”.

El calendario o almanaque fue una de las publicaciones que mayor impacto tuvo en la sociedad mexicana decimonónica. Eran pequeños impresos (con alrededor de 50-60 páginas) que se publicaban de forma anual. Generalmente se facturaron con una cubierta tipográfica y una portada: en ambas se procuraba señalar los datos de edición, el taller del impresor y su dirección. Las imprentas en las ciudades de México y Puebla emitieron este tipo de publicaciones, varios ejemplos se conservan en la hemeroteca Juan N. Troncoso de la Biblioteca Histórica José María Lafragua.

Sesto Calendario portatil, de Ignacio Cumplido, arreglado al meridiano de México para el año de 1841

Cubierta posterior

Sesto Calendario portatil, de Ignacio Cumplido, arreglado al meridiano de México para el año de 1841. México : Impreso por el propietario [Ignacio Cumplido] en su oficina, Calle de los Rebeldes, no. 2, 1840.


Los calendarios no sólo se distinguieron por sus cualidades informativas, instructivas y de entretenimiento. Fueron accesibles pues tenían un costo bajo, eran fáciles de adquirir y tuvieron un sentido utilitario, ya que la sociedad mexicana los empleaba para llevar a cabo sus actividades de corte religioso y secular. Por otro lado, fueron publicaciones que incluyeron una gran cantidad de imágenes.

Detrás de la factura de los almanaques, estuvo la dirección de algunos editores mexicanos y poblanos que incursionaron en el medio editorial y que año con año, pese a las dificultades que sacudieron al país, sacaron a la luz no sólo este tipo de publicaciones, sino periódicos, guías de forasteros, revistas literarias, libros, entre otros.  Estos “empresarios culturales” constituyen una pieza clave para comprender el cometido de los calendarios, así como el entorno editorial en ambas urbes.

Para acercarse a este tipo de impresos, la Biblioteca Histórica José María Lafragua ha preparado esta muestra, en la que plantea un recorrido virtual a partir de los autores en México y Puebla que concibieron dichos almanaques, así como otras publicaciones. Por ello se exponen varios ejemplares provenientes de su acervo que han sido seleccionados y organizados en los siguientes módulos:

  1. El camino de los almanaques, más sobre ellos…
  2. Los calendarios de Ignacio Cumplido, un empresario exitoso.
  3. El legado de Manuel Murguía: Los Mexicanos pintados por sí mismos y sus calendarios.
  4. Los calendarios religiosos de El Negrito de Alberto María Angulo.
  5. Juan N. Del Valle, autor de calendarios y guías para viajeros.
  6. Los calendarios de José María Macías, el impresor al servicio del gobierno.
  7. José María Rivera y sus calendarios longevos.
  8. Impresos de todo y para todos, almanaques temáticos.
  9. Tiempos nuevos: Calendario de Junípero y el Almanaque del Padre Cobos.
  10. La relación editor-público.

 

Se propone esta división con el objetivo de que el visitante se adentre en el ámbito editorial en el que, autores como Manuel Murguía, publicaron almanaques como el Calendario del más Antiguo de Galván y que actualmente se sigue editando. Los invitamos a que se acerquen a estos impresos, a partir de quienes concibieron la idea de informar, instruir y entretener a los mexicanos y poblanos durante algunos años en el siglo XIX. Ellos se convirtieron en emisores de información útil y en verdaderos transmisores de todo un universo de conocimientos e imágenes en un contexto complejo donde una gran parte de la población era analfabeta.

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