7. José María Rivera y sus calendarios longevos
José María Rivera fue otro personaje poblano del que no contamos con datos sobre su vida personal y su papel editorial. No obstante, es posible afirmar que una de sus actividades que más desarrolló fue la factura de calendarios. De sus establecimientos en calle de Molina núm. 1 y posteriormente en Tabaquería, calle de Carnicería, junto al núm. 6, se editaron e imprimieron tres tipos de calendarios distintos. Se trata de los siguientes:
- Calendario de J. María Rivera, arreglado al meridiano de Puebla
- Calendario Angelopolitano de J. M. Rivera
- Calendario publicado por los amantes del Sagrado Corazón de María
De acuerdo con un estudio, los calendarios de Rivera se ubican entre los más longevos en la ciudad de Puebla. Éstos comenzaron a publicarse en los años de 1853, 1857 y 1862 respectivamente, y tuvieron una duración de más de veinte años, por lo que debieron gozar del éxito editorial entre el público poblano. Esta gran aceptación de parte de los receptores se debió seguramente a las novedades que Rivera, año con año, ofrecía a los lectores en el contenido de sus calendarios.
Además de presentar las posiciones de la luna, los santorales, las festividades religiosas, etcétera, el poblano presentó otros temas de interés. Los impresos incluyen artículos, la mayoría, de asuntos locales, así como ilustraciones de personajes célebres, máximas morales, anécdotas, consejos, información sobre los libros prohibidos, e incluso, propaganda de diferentes negocios establecidos en Puebla.
Ejemplos de lo anterior son las descripciones sobre los Señores Obispos que ha tenido la Diócesis de Puebla, así como las noticias de las pinturas y esculturas que hay en la Catedral de la Angelópolis, publicadas en el Calendario para 1859.
Por otro lado, en el Calendario arreglado al meridiano para el año de 1864, Rivera rememoró dos figuras notables en la Historia de México y de Puebla: el obispo Joaquín Antonio Pérez Martínez y el primer emperador Agustín de Iturbide. En su impreso incluyó el sermón que brindó Pérez Martínez en la Catedral de México con motivo de la coronación de Iturbide. El discurso religioso va acompañado de dos litografías que muestran ambas figuras de medio cuerpo, las cuales aparecen ataviadas con la indumentaria propia de su cargo. Las estampas llevan el rótulo “Lit. de Rivera”, lo que demuestra que su negocio también produjo litografías.
De igual manera, sus calendarios sirvieron como medios para anunciar establecimientos poblanos: imprentas, boticas, fábricas de chocolates, tiendas de abarrotes, fondas, cafés, etcétera. Éstos ofrecían productos que la sociedad poblana demandaba, por ejemplo, comida preparada, harina para atole, vinos, licores, conservas alimenticias, chocolate, polvos de soda laxantes, píldoras, jarabes, ropa, cigarros, trabajos de litografía, tipografía, encuadernación, entre otros. La gran cantidad de propaganda en sus impresos demuestra que Rivera, como muchos otros editores, concibió sus calendarios como espacios propicios para la publicidad. También evidencia el fuerte lazo que mantuvo con muchos comerciantes en la ciudad de Puebla.