Ave Fenix
La Historia Natural fue ampliamente reconocida como una de las máximas referencias científicas de la Europa antigua; alcanzó también una notable influencia en los siglos posteriores a su publicación (siglo I d. C.), ya que sirvió de referencia para confeccionar muchas descripciones sobre los animales, entre ellas la del ave Fénix.
Plinio describe este pájaro, único en todo el mundo, como un ave del tamaño de un águila, con un resplandor dorado alrededor del cuello, plumas de color púrpura en su cuerpo y plumas de color verde y rosa en la cola.
“Aunque el Fénix se toma ordinariamente por símbolo de la resurrección, y por jeroglífico de una vida nueva, según el instinto de esta única Ave, la cual, queriéndose remozar, y renovarse, se consume sobre una hoguera de palos aromáticos, que ella enciende, batiendo las alas a los rayos del Sol, dejando una virtud generativa en sus propias cenizas, de las cuales renace más bella, y más vigorosa. Es empero así, que este modo de morir, y de renacer por las llamas, denota admirablemente bien la muerte, y la vida juntamente de los Divinos Amantes; y particularmente la del Bienaventurado S. Francisco de Sales, el cual, habiendo muerto en las llamas, y en el ejercicio de la divina caridad, sobrevive todavía a sí mismo, por la impresión que el dejó, so solamente en sus obras, sino también en la estimación, y en la memoria de todos los hombres.”