Grifo
Los cuadrúpedos alados se forman a partir de la combinación de por lo menos dos poderosas bestias y, simbólicamente, dominan tanto el espacio terrestre como el celeste: con sus cuatro patas son capaces de trasladarse por la tierra y gracias a sus alas, idóneos para desplazarse por los cielos.
Los Grifos tienen por delante el cuerpo de un águila y por detrás, el de un león. Por lo tanto, la doble naturaleza del Grifo hace de él un animal de la magnitud y la fuerza del león, pero con la velocidad y la rapidez del águila.
“Muchos de los griegos antiguos tuvieron por cierto haber grifos: así lo escribieron Ctesias, Paufanias, y Elianos y de los Latinos entendieron lo mismo Solno, Ponponio Mela, Pouyelo, y Servio. De los cuales, unos dicen que se crían en los montes Bactrianos, otros en los Hiperboreos, y así los llamó Claudiano.
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Todos dicen ser de medio adelante semejantes a águilas aunque con orejas, y de medio atrás a los leones, con grandes y fuertes garras, cuatro pies, y ligeras alas. Su cuerpo dicen ser tan grande, robusto, y fuerte, que sobrepuja a la fuerza de ocho leones, y de cien águilas porque arrebatando un caballo con el cabalero encima, o dos bueyes uncidos, asidos en la uñas, que son mayores que sus cuernos, los lleva volando a su nido, como escribe Juan de Mandavila, que sucede en la región que se llama Bacharia.“