2.1 El escenario del químico: los utensilios e instrumentos

Matraces

Si bien un matraz es un recipiente de vidrio o de cristal, de forma generalmente esférica o de pera, terminado en un cuello estrecho y normalmente recto, que se empleaba para contener y medir líquidos y/o realizar disoluciones, las piezas de elaboración artesanal especializadas que observamos son caprichosas en sus formas y diversos en sus usos. 

En la imagen de laboratorio químico contenida en la edición original de La Enciclopedia, podemos observar algunos de los antecesores de los modernos matraces, tubos de ensayo, vasos de precipitado, tanques, embudos, etc.

Hornos

Útiles para deshidratar, esterilizar, secar, calcinar o fundir muestras, entre otras aplicaciones. Los métodos analíticos por "vía seca" se efectúan a temperaturas elevadas, sometiendo a los materiales a las operaciones de fusión o calcinación. Aquí unas muestras de los diversos furnac y estufas.

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Hornos de prueba empleados para el análisis del aire de la atmósfera que realizó Lavoisier, los cuales estarían unidos a un matraz con cuatro onzas de mercurio puro. Más adelante inventaría un horno solar a base de dos potentes lentes los cuales concentraban la radiación en un foco, lo que le permitía alcanzar altas temperaturas.

Grandes hornos de reverberación para la destilación de plantas a fuego abierto y ácidos minerales. A principios del siglo XIX, los hornos de hierro fundido comenzaron a fabricarse en grandes cantidades; estos primeros hornos, de diseño alemán, alcanzaron niveles de calentamiento para cada olla y también podían regularse individualmente. De gran tamaño, continuaron mejorando sus diseños agregando rejillas de hierro a los orificios de cocción, chimeneas y tuberías.

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Balanza

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Otro grupo interesante de componentes del laboratorio son aquellos que con la llegada de la química moderna desaparecieron o se transformaron de tal forma que únicamente hemos de recordarlos en sus formas previas.

Aludeles

Recipiente de barro cocido semejante a una olla sin fondo que conectada con otras en hilera, se emplea como horno para condensar los vapores mercuriales producidos por la calcinación del mineral de azogue. Este es un método antiguo de origen árabe, por el cual se lograba mediante una fusión y decantación obtener el mercurio.

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Capiteles o campanas, pelícanos, redomas

Los textos medievales suelen llamar “redoma” tanto al matraz como a cualquier recipiente de cerámica para conservar líquidos que tenga cuello estrecho y base esférica o en forma de pera, aunque los matraces son claramente identificables por su transparencia, frente a los recipientes cerámicos.

Botellas de largo cuello, que hoy llamamos matraces aforados, retortas, colectores y las diferentes partes de Alambique para destilación y cohobación.